21 de enero de 2009

La 7ma de Sibelius - o mi pequeño fin del mundo

La intención que tengo con los ensayos que empezare a publicar no es la de dar una critica sobre la obra, o sobre determinadas grabaciones, ni hacer algún análisis de la forma musical o estética que la obra pueda tener,a pesar de ser músico mis conocimientos de teoría e historia de la música son pocos, solo quiero mostrar la manera en la que interpreto estas grandes obras, mi manera de comprenderlas, y espero poder estar a la altura de estas dos grandes personas con las que trabajare x el momento, espero que en el futuro se unan mas al Proyecto

La razón por la que elegí esta obra se debe a mi reciente historia con ella, la primera vez que escuche música de Sibelius no como ejecutante (ya que he tenido la oportunidad de tocar “Finlandia” un par de veces) sino como oyente, fue la 4ta sinfonía. Ese mar de sensaciones en el que me sumió, la manera en la que me llena y me destruye, dejándome tan inacabado, fueron sensaciones nuevas para mi, solo x el “deber” también baje la 7ma, pero en un buen tiempo no me moleste en escucharla x lo extasiado q estaba con la 4ta… (big mistake of me)

Cuando tuve el placer de escucharla por primera vez, ese comienzo un poco borroso, esa pequeña implosión que se veía venir, esa fatal frase, tan corta pero tan intensa, que pareciera que se te va un pedazo de la vida cuando la escuchas, una parte del alma queda atada a esa escala ascendente, a esa frase que no llega a terminarse, para dar nacimiento a otra, como es de costumbre en el periodo de oscuridad musical del compositor.

El siguiente tema de alguna manera te saca de la extrema nostalgia que domina al comienzo, reconfortando y dando una profunda paz, tocando tu hombro y diciéndote al oído que todo estará bien, que las cosas mejoraran, te sumerge en una fantasía un poco nubada, efecto que produce en mi toda la música de Sibelius que he escuchado hasta ahora.

Luego el ambiente se oscurece un poco, y fue en este instante cuando note que la obra muy delicadamente rapta del alma del cuerpo, ya que esta en un nivel tan elevado, que con un cuerpo mortal no podría apreciársele del todo. Luego escucho ese acorde disonante perdido entre los cornos y el oboe, que me recuerda bastante al 2do movimiento de la 5ta sinfonía de P. Tchaikovsky, esta clara su influencia en el.

En esta parte de la obra me viene a la cabeza una imagen un poco dantesca, muy a lo “Alicia en el país de las maravillas”, la armonía se torna de alguna manera rara, mas pesada, y mi pecho palpita como si quisiera explotar.

Luego ese cambio tan repentino, y tan poderoso, crea una imagen muy viva y clara, es como si el mundo en un instante hubiera explotado, y yo hubiera quedado suspendido en el espacio, esta frase en especial me dejo impactado varios días, en esta parte especifica la cuerda suena como la voz sollozante de la recién fallecida humanidad, luego los violines te sacan de ese desolado lugar, como los mismos Ángeles, algo demasiado celestial…y te llevan directo a una de esas hermosas melodías que nunca llegan a desarrollarse en esta obra.

El final de la obra ya esta cerca, y el alma empieza el lento proceso de retornar a su morada, a su ataúd si se le quiere llamar de esa manera, otros lo llaman cuerpo, una sensación bastante rara, ligeramente dolorosa, pero inevitable, y a pesar de que la obra se encuentra en este punto en una atmósfera mas optimista, lo que viene después de alguna manera (ya no tan sutil) te dice de frente, que las cosas no mejorar, que no todo estará bien, o por lo menos no fue así para sibelius, ya que nunca volvió a trabajar en otra obra en 30 años.

La obra empieza a retornar a su forma original, esa fantasía borrosa, el mar etéreo del pensamiento, veo ligeramente el vuelo de una grulla, cierro los ojos…y veo devastado, que ya todo se termino…

Siempre que escucho obras como esta, me sumerjo en un utópico mundo que poco a poco he ido creando en mi cabeza, ladrillo por ladrillo, estrella por estrella, muy a lo J. L. Borges, y siempre suelo semejar estas obras creadoras con colores, imágenes (no muy claras la mayor parte del tiempo), pero sobre todo no puedo evitar semejarlas con una etapa de mi vida. No puedo decir con claridad con que obra(s) identificaría mi nacimiento, mi presente o mi vida adulta, pero se con certeza que el fin de mi mundo seria la 7ma de sibelius.