22 de octubre de 2008

Concierto para Violin de Brahms

Mi historia con este concierto es bastante irónica, sucede que lo baje sin intención. Venia conjuntamente en el disco de Hilary Hahn del Stravinsky (q era mi verdadero interés)…pase de el inmediatamente. Creo q apenas había escuchado unos segundos del primer movimiento y me aburrí bastante.


Un día en el que revisaba la música que me faltaba por escuchar, lo encontré entre los primeros discos de mi mp3. Me llene de paciencia y fuerza de voluntad (ya que la introducción del primer movimiento me parecía demasiado tediosa). Se me hizo eterno ese preámbulo, pero la espera tuvo su recompensa. Ese repentino cambio de la orquesta antes de la entrada del solista, viene totalmente inadvertido, muy a lo “9na de Beethoven”, pero con un aire mucho más imponente, mas colérico, lleno de ira, y no es que Beethoven no lo sea, solo que aquí la diferencia es la ausencia de desenfreno. A diferencia de Ludwig, Brahms logra controlar esto, de manera tal que los cambios dentro de la obra, por mas bruscos que puedan ser, no queden fuera de lugar, en lo absoluto (tampoco quiero decir que esto sea característico en las obras de Beethoven XDD). Logra esto con tanta perfección, que el primer movimiento, es el más completo que he escuchado en mi vida, se podría prescindir de los otros 2, y seguiría siendo una obra maestra; con esto no quiero decir que sobren, al contrario, hacen de la obra algo mas majestuoso, sino que recalco lo impresionante que es ver esto, en solo un movimiento. Me encanta la imponente entrada del solista, con esos poderosos acordes, rápidos, cortantes y prepotentes como el trueno de Zeus, desencadenando cada vez en un caos más hondo, y cambiando súbitamente a una bella melodía, tan romántica, hermosa, evocando los buenos viejos tiempos, y aliviando de alguna manera esa tensión con la que comienza, como un analgésico. Esto es muy propio de la música de Brahms, nos llena de dolor y nostalgia intensas, y luego dentro de la misma obra nos da la medicina a estos males. Bastante inusual en su época, ya que no estaba para nada influenciado por la música wagneriana, como lo era la moda de ese momento.

El segundo movimiento tiene una historia interesante: se dice que fue rechazado por Sarasate, que no podía soportar permanecer de brazos cruzados mientras el oboe tocaba en el Adagio la más hermosa melodía de toda la partitura, aunque no estoy lo suficientemente documentado como para tener la certeza de cuan verídica es la historia. Y bastante contradictoria me parece la actitud de Sarasate, la melodía del violín es tan o mas hermosa que la del oboe, una hermosura como la de un paisaje otoñal en el campo, o un atardecer, sentado en una banca vacía, doloroso, y solitario, evoca mucho a la soledad, el no estar compañado de ese incondicional ser amado que todos anhelamos (o anhelábamos) alguna vez.

El 3er movimiento tiene una forma de rondo, mas bien de fiesta y baile, bastante alegre, gracioso inclusive, que le da un excelente toque a la obra, una conclusión simplemente perfecta, no tan apoteósica y grandiosa, como lo son por lo general los finales de los conciertos para violín, sino que pareciera que fuera alguna pieza de celebración tradicional, de menor tamaño, pero encaja totalmente, como la ultima pieza del rompecabezas que es este concierto. Supongo que se deberá al apego a la tradición musical, a lo espiritual, a la naturaleza.

Y en definitiva, una obra que no puede faltar en el haber de cualquier melómano clásico.

2 comentarios:

Toto dijo...

Que tal mi buen Akatharta! espero que todo ande bien! primero que nada paso para decirte que felices fiestas! espero la hayas pasado bien en navidad y quye tengas un feliz fin de año. y segundo, aprovechando que ando por aqui, te queria comentar que tengo un pequeñito proyecto sobre un blog, pero me interesa comentarte despues por msn para que veas tu si te interesa o que opinas vale? nos estamos viendo! felices fiestas!!!!

Claudio Siadore dijo...

Siempre con tanto ímpetu, espero algún dia escucharte tocar, seguro con la misma pasión con la que escribes aquí. Un abrazo desde Argentina.